¿QUÉ ES LA ECO-CRÍTICA LITERARIA?
La crítica ecológica o estudios ecocríticos, o llamados por
otros eco poética, es una escuela de crítica literaria, que para
muchos surge en EEUU y tiene gran auge durante los años 90 en los países
anglosajones. En los últimos años, la eco crítica o eco poética ha
emergido con mucha fuerza en diversos lugares del mundo, particularmente en
Europa. Es en España donde algunos incursionados de esta escuela han reconocido
que: “La mayor visibilidad de la ecocrítica en Hispanoamérica se debe,
en gran medida, a la influencia actual de una crítica poscolonial y
pos-desarrollista que reivindica los componentes indígenas de la cultura
hispanoamericana. Escritores como el uruguayo Eduardo Galeano llevan décadas
denunciando cómo el discurso occidental hegemónico denigra y somete formas de
conocimiento y de vida ecocéntricas amerindias por considerarlas premodernas”[1]
Los promotores de la crítica ecológica como categoría de
análisis, plantean y requieren la reconstrucción del canon literario, tal
es el caso de Jhonathan Bate, quien afirma que: “una lectura verde de la
historia, es una precondición necesaria para una comprensión necesaria más
profunda de nuestra crisis ambiental…leer ecopoeticamente es…encontrar
claridades o desvelamientos”; mientras que Patricia Ferrer Medina, afirma
que: “La crítica ecológica se enfoca en la crítica al sistema capitalista,
con su producción insostenible, patrones de consumo desmedido…Aunque este es un
argumento muy desarrollado en la academia anglo-norteamericana, queda
incompleto sin una consideración del origen de dicho sistema”. Para Ferrer
Medina, la crítica ecológica tiene mayor peso si su lugar de enunciación es
Latinoamérica, particularmente por haber sido este territorio cuyas
circunstancias históricas y coloniales facilitaron el sistema capitalista.
Considero que al igual que en la gestión ambiental, la
producción poética ecocrítica o crítica literaria ecológica puede
adoptar diversas tonalidades de reflexión, reconocimiento o denuncia: (i) verde,
si ésta se orienta a la conservación del entorno, al retorno de la calidad de
vida para todos los seres vivientes tanto en las áreas marinas como
continentales; contendrá elementos descriptivos que ensalcen el
estatus que no debió ser cambiado o que no ha sido suficientemente valorado,
comprometerá un retorno a la vida frugal; (ii) marrón, si
denuncia las externalidades de los procesos productivos, los impactos en los
"medios receptores" (llámense agua, suelo, aire, biota y el ser
humano como parte de esa biota), la promoción del consumismo y la
producción desmedida de artículos que no son necesarios, la adicción a las
tecnologías, la degradación de los indicadores naturales que representan
calidad de vida para cualquier población; y (III) gris, si
expresa las actividades e impactos de la obra gris, urbanización de todos los
suelos, tala indiscriminada, impermeabilización, incremento del riesgo por
inundaciones, desmejora de los microclima, perdida de la infiltración y del
lugar de habitación de otros seres sintientes.
La producción ecopoética, como su crítica literaria, debe tomar en
cuenta, que las lecturas antes dichas, pueden ser simultaneas, ya que en el
Ambiente, es donde se materializan las leyes de la ecología: 1. todo tiene que
ver con todo; 2- Todo va a dar a alguna parte; 3- La naturaleza es la más sabia;
4- No existe comida en balde. Las cuales fueran enunciadas por primera vez, en
1971, por el biólogo Barri Commoner en su libro "El circulo que se
cierra", pero de estas hablaremos en otras reflexiones.